spanyol ügyvéd - Antonio Pedro Rodríguez Bernal

Abogado que habla húngaro

El director de este despacho, Antonio Pedro Rodríguez Bernal, fue entrevistado por el articulista y experto en Relaciones Internacionales, Miklós Csecsneky. Soprende que sea un abogado que habla húngaro.

El artículo, aparecido en la Tribuna del País Vasco, el 9 de diciembre de 2019, lleva por título:

«Antonio Pedro Rodríguez Bernal: Aprender húngaro ha sido un desafío intelectual de primera magnitud»

Reproducimos el comienzo de la publicación:

abogado que habla húngaro - Rodríguez Bernal AbogadosAntonio Pedro Rodríguez Bernal es uno de los abogados más conocidos de la Costa del Sol, que, además de ser experto en una amplia gama de especialidades jurídicas, también es capaz de desenvolverse con soltura en varios idiomas. Sin embargo, a diferencia de otros juristas españoles, él no se conforma con dominar las lenguas francas, como el inglés o el francés, sino también ha aprendido uno de los idiomas más difíciles: el húngaro.

Es extraño encontrarse con alguien que, no teniendo ascendientes húngaros ni habiendo residido en Hungría, hable la lengua húngara a cierto nivel. Su caso puede considerarse excepcional. ¿A qué se debe su conocimiento de la lengua?

Probablemente si no hubiera conocido a una húngara y no me hubiera casado con ella, nunca se me hubiera ocurrido embarcarme en esta aventura. Sin embargo, tras veinte años de estudio, puedo decir que es la atracción de la “hungaridad” y su irradiación cultural es suficientemente poderosa como para mantener mi interés. Dicen los lingüistas que la lengua húngara es una de las más complejas y difíciles de aprender, especialmente, cuando se empieza a una edad adulta. ¿Comparte esa opinión?

Para alguien que no vive en Hungría y no habla asiduamente la lengua, constituye un desafío intelectual de primera magnitud. Un idioma aglutinante con tan complejas reglas, declinaciones, casos, y con doble conjugación según sea el objeto directo, puede asustar, pero llega un momento en que te das cuenta de que el húngaro es una lengua exclusiva, lógica y, en cierto modo, casi perfecta, que se ha mantenido sin apenas influencias exteriores durante siglos. Supongo que llega a convertirse en una saludable obsesión.

Seguir leyendo el artículo en la Tribuna del País Vasco.

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